Elba Esther Gordillo, libre. Fue una presa de conciencia

Francisco Rodríguez

El fecundo Víctor Hugo narró en Nuestra Señora de París el drama de los regímenes facciosos que procesan a todos aquéllos que son incoados por decires, chismes y vendettas. En una sola tragedia, la de Esmeralda y Quasimodo, el genial galo retrata las pasiones que intervienen en los juicios de acomodaticios y oportunistas que pelean contra la verdad.